03 noviembre 2008

Primer Congreso Nacional de Ateísmo

Algo está cambiando. Finalmente un poco de todo lo que está pasando en otros países respecto del Laicismo, el Humanismo Secular, el Ateísmo, y en resumen, aquello que privilegia la razón por sobre el oscurantismo, comienza a tomar estado público acá en Argentina. 

El texto que sigue está extraído de la web del Congreso, donde además podrán encontrar muchos más datos y el excelente programa de este evento. Esperemos que sea todo un éxito y sirva para poner sobre el tapete cuestiones que no por menos urgentes son menos importantes.

http://www.congresodeateismo.org.ar

“Construyendo una ciudadanía tolerante y racional”
5, 6 y 7 de Diciembre del 2008
Sala G. Nachman, Teatro Auditorium
Boulevard Marítimo 2280, Mar del Plata, Argentina


En el mundo cada día somos más los que asumimos nuestra falta de fe, elegimos vidas desprovistas de misticismos y argumentos sobrenaturales de cualquier índole. Nos conocen principalmente por el nombre de ateos o agnósticos.

El hombre siempre ha tenido la necesidad de formular preguntas acerca de su origen, existencia y trascendencia. En épocas pasadas la falta de conocimiento y método llevó a la humanidad a buscar refugio cognoscitivo en las religiones. Hoy la ciencia, al no creer en un ser superior o cualquier otra hipótesis metafísica, le da herramientas cada vez más sólidas, para comprenderse a sí mismo y al universo haciéndolo libre de dogmatismos atávicos.

Los ateos no podemos negar que la mayoría de la humanidad es creyente, y si bien preferiríamos un mundo libre de pensamiento mágico, vivimos en uno que no lo es y cada quien tiene derecho a conducir su vida basado en el argumento que prefiera. Es por eso que es fundamental la tolerancia, y aunque nuestra actitud frente a la vida es todavía minoritaria tenemos derecho a pensar y expresarnos en voz alta, sin que esto se sienta como un ataque.

Quienes somos parte de este congreso tenemos la moral fundada en el mas profundo Humanismo, por lo tanto en la libertad, que es una invitación a cuestionar, para no estar atado a voluntades e ideas ajenas y propias; en la Tolerancia hacia los hombres, las ideas no se deben tolerar pasivamente, se deben analizar; en la Razón con la cual atacamos las ideas, y si ellas soportan el embate serán bienvenidas, porque ese es nuestro método para investigar la Verdad. Si el ataque a una idea ya sea filosófica o religiosa es ofensivo, entonces quiere decir que ese abstracto se transformó en un tumor social, que cuando queremos tocar o remover se vuelve doloroso.

Este encuentro tiene como estructura fundamental el pensamiento crítico, basado en el análisis riguroso y objetivo permite superar la tentación conformista de absorber sin mayor reflexión la información trivial, pretendemos ver mas allá de aquello que ciertos intereses quieren que veamos y saber que lo obvio puede esconder un significado mas complejo y, muchas veces, contradictorio con el aspecto que revela una mirada superficial.

Para lograr una sociedad mas justa sostenemos que el Laicismo es el punto de partida. A pesar de los grandes avances que en materia de derecho hemos logrado a lo largo de la historia, aún parece haber cabida en este mundo para el fundamentalismo, la intolerancia y la censura. Los Estados deben ser independientes de la creencia religiosa para que exista la libertad, la igualdad, la tolerancia y para enriquecernos en la pluralidad.

Este Primer Congreso Nacional de Ateísmo no tiene reparo en cuestionar aquellos supuestos más arraigados en las creencias de nuestra sociedad, verificando su validez o abriendo nuevas puertas al conocimiento.

Ing. Fernando Esteban Lozada

Director del Primer Congreso Nacional de Ateísmo.



11 septiembre 2008

Platón se revuelca en su tumba

Se dice que la obra de Platón fundó y dio sustento a toda la filosofía europea posterior, en especial sus famosos Diálogos. La enorme influencia de estos escritos en el pensamiento occidental llega hasta el día de hoy, pariendo y moldeando, aunque no lo sepamos, nuestra propia cosmovisión.

El diálogo que voy a transcribir a continuación, no.

Introducción #1 (Sociológica).

Un viaje en colectivo, en especial si es a bordo de la línea 114, puede deparar muchas sorpresas. Se pasan cantidades de horas suspendido en el tiempo y a merced del tránsito, las condiciones del asfalto, las barreras, y hasta del humor o las planillas horarias del chofer. ¿Quién no ha llegado temprano a destino gracias a un chofer apurado, o demasiado tarde sólo porque tuvo la mala suerte de subir a un colectivo que iba adelantado según su organigrama? Hasta no hace mucho tiempo sólo un buen libro, un walkman o una siesta improvisada, se erigían como paliativos ante viajes inexplicablemente largos. Hoy se suman otras posibilidades de la mano de reprodutores de mp3, mp4 y teléfonos multifunción. Una gran colección de música y por qué no una película o un capítulo de Lost hacen del traslado a la oficina algo más llevadero. Una buena conversación telefónica puede ser también un medio más que agradable de pasar el rato sobre los adoquines, aunque los costos de charlas relajadas suelen ser prohibitivos. La alternativa de baja gama para estas últimas son, claro, los mensajes de texto. Y creo no equivocarme si afirmo que, de todas las opciones que nombré antes, es ésta la más utilizada por los pasajeros. Después de todo, el hombre sigue siendo un animal gregario.

Introducción #2 (Apologética).

El uso de siglas en lugar de nombres responde a uno de los aspectos más importantes del diálogo. Quizá no está explícito en el texto, pero la razón fundamental es la integración al nuevo grupo. Para integrarse es necesario adoptar ciertos valores. El uso de siglas, entonces, es la clara demostración de mi poder de adaptación. El nuevo valor que he integrado a mi vida es la paranoia. ¡Qué gran enseñanza! Me siento un pasito más cerca de la plena realización profesional-personal (lamentablemente el español no cuenta con un vocablo que abrace ambas áreas de la vida que, como todos sabemos, es una sóla).

Por lo demás, la sigla no sólo es estéticamente superior a la palabra, más elegante, esbelta y funcional, sino que tiene una clara función metafórica, haciendo que miles de palabras que nunca convivieron (Dios nos libre!) tengan ahora la posibilidad de hacerlo, yuxtaponiendo sus sentidos, generando nuevas áreas de pensamiento, rompiedo barreras mentales, volviendo obsoleto lo establecido.

Introducción #3 (Fáctica).

El presente diálogo, cuyo soporte no fue la voz humana sino sucesivos mensajes de texto, se produjo, precisamente, a bordo de una unidad de la línea 114, de regreso a casa. Mi amigo GM, anoticiado por mi amiga RL de ciertas novedades ocurridas en torno de la integración de C con T, lanza uno de sus famosos dardos ponzoñosos, disfrazado de SMS, y con esto hecha a rodar el coloquio que hoy nos reúne, amable lector, en este espacio. La primera línea se entiende si se recuerda que mi amigo GM solía comparar C con Suiza, en contraste con GP (Ups! ¿Cómo hago una sigla de una sigla?) que en este escenario sería un ignoto país tropical gobernado hace años por el mismo dictador.

El Diálogo.

GM: ¿Así que T no es Suiza?

RA: Ja! Ni nada que se le parezca... Esto es EEUU con sus manuales infalibles... Un horror.

GM: Home of the braves!

RA: Brave... Que rima con McCain.

GM: Obama rima con banana. Mmmmm no tiene ninguna posibilidad.

RA: ¿Ahora entendés por qué T no es Suiza?

GM: ¿Te dan la membresía de la asociación del rifle al menos?

RA: Sólo si sos VP para arriba. Al resto una chapita con el nombre para colgar del cuello.

GM: Al final los franceses tenían razón.

RA: Sí, claro... Mirá Haití. Todavía me quedo con los ingleses.

GM: Nunca tendrán a Carla Bruni...

RA: Y Uds. nunca tendrán a Ewan McGregor.

GM: Ja! Touché.


Epílogo (Exegética).

Nunca antes un diálogo tan trivial tuvo tantas introducciones. Signos de la postmodernidad, quizá.

Aunque no le tenga demasiada simpatía, indudablemente el crédito sigue siendo para Platón.

Gracias.

29 enero 2008

Promesas no cumplidas

Como cada vez que escribo una nueva entrada pasó tanto tiempo desde la anterior, acabo de tomar una decisión. Y es no explicar por qué pasó tanto tiempo desde la entrada anterior. Y esto es todo lo que tengo que decir al respecto.

También quisiera aclarar que la promesa hecha en el anterior “post” (qué moderno...) acerca de publicar acá un poema de mi autoría queda por el momento postergada por tiempo indeterminado. Es que las situaciones van cambiando y con ella las necesidades. Prefiero reservarla para cuando haga falta, si es que llega ese momento.

Tanto cambian las situaciones que resulta que ahora estoy escribiendo desde un muy real dos ambientes con terraza (aunque sin acceso a ella por el momento, qué le vamos a hacer, la vida no es perfecta) de mi propiedad. Qué paradoja. Este blog comenzó siendo el espacio virtual que reemplazaba en algunos aspectos al real (vean el primer “post”). ¿Será que ahora tendré que redefinirlo? En todo caso quedará para más adelante, por el momento hay cosas bastante más interesantes que decir...

Vayamos al punto.

Resulta que estoy leyendo un libro muy interesante llamado “Civilización” de Roger Osborne. El autor se pregunta, ya que estamos inmersos en un mega discurso que nos dice que estamos presenciando un “choque de civilizaciones”, y sobre la necesidad de defender la nuestra, qué es verdaderamente la civilización occidental. Qué es esa construcción abstracta a la que se nos llama a proteger y preservar. De dónde viene y qué es lo que ha logrado a lo largo de la historia. Todavía no lo terminé, pero acabo de cruzarme con un par de párrafos de lo más interesantes que quisiera compartir. Son algunas reflexiones sobre la conquista de América. Como siempre, recorté y cambié algunas pocas cosas. No se lo pierdan.

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“Quizá el aspecto más inquietante de la conquista de Mesoamérica consiste en la idea de que la sociedad moderna occidental no podía, ni puede, vivir junto a cualquier otra clase de cultura. Nos sentimos obligados a preguntarnos si la manera occidental de pensar y de organizar los asuntos de los humanos nos permite ser capaces de fijarnos y, quizá, de aprender algo de otras culturas sin necesidad de dominarlas, destruirlas e intergrarlas en nuestro sistema. Nuestra historia subsiguiente parace demostrar que las únicas culturas no occidentales que han sobrevivido han sido las que estaban físicamente alejadas (inuit, papúes) o aquellas cuyo poder militar resultaba demasiado fuerte (China).

Sin embargo, Mesoamérica nos explica una historia diferente. El gobierno español, obsesionado con la superioridad de los españoles de pura sangre, introdujo categorías raciales en México y en sus otros territorios. Lo que sucedió en Norteamérica fue diferente. Escasamente habitada, con una gran diversidad de modos de vida, los americanos nativos del norte vivían en su mayor parte en el seno de sociedades basadas en poblados y fundamentadas en redes de parentesco que fueron totalmente aniquiladas por los recién llegados europeos. En cualquiera de los dos casos, más allá de un corto devaneo durante la Ilustración con la noción algo confusa de la “inocencia primitiva”, la suma de todo lo que los europeos han conseguido aprender, tras medio milenio de residencia en América, se acerca mucho a cero.

Nuestra caracterización de otras civilizaciones como “atrasadas”, “retrógradas” o “subdesarrolladas” ha sido una constante occidental desde el siglo XVI. Una vez asentada la idea de una progresión lineal de la historia, resultó imposible deshacerse de ella: las sociedades sólo pueden posicionarse en algún punto de una línea recta que comienza en la Edad de Piedra y continúa a través del tiempo para rozar el futuro en Silicon Valley. No disponemos de un aparato conceptual que nos permita enfrentarnos a una sociedad cuyo desarrollo no se ajuste a este modelo.

La esclavitud hizo posible la colonización de América y dotó a los Estados Unidos, el país que alcanzó el mayor éxito económico del continente, de un legado perdurable. Pero los afroamericanos y los pueblos nativos americanos recuerdan de una manera incómoda que Estados Unidos, como cualquier otra cultura, tiene un pasado. Una vez iniciada la esclavitud masiva, los europeos no tardaron en advertir que todos los esclavos eran africanos. A partir de ahí, se derivó rápidamente la idea de que todos los africanos eran esclavos. Jamás los vieron en otro contexto, no los conocieron como jefes tribales, o poderosos generales, o artistas de talento o hábiles artesanos, sino sólo como bestias de carga humanas e indefensas. Lo más grave no consistía únicamente en la posesión de seres humanos (algo que se practicaba en muchas sociedades), sino en la convicción de que su color les hacía merecedores de su condición, a lo que se sumaba una extraordinaria crueldad.

La historia nos explica los sucesos acaecidos, pero no nos proporciona consejos para el futuro o, al menos, no los consejos que estamos dispuesto a aceptar. La conquista americana no impedirá que la historia se repita. Quizá todo lo que somos capaces de aprender consiste en que una civilización humana, convencida de su superioridad militar, resulta muy capaz, incluso aunque sus miembros se consideren mucho más civilizados de que otros, de infligir una brutalidad indescriptible con el objetivo de destruir otra civilización. Y sabemos muy bien que eso es verdad porque ya ocurrió.”

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Por cierto que hay cosas que yo tomaría con pinzas, pero en general está interesante, ¿no? Un poco pesimista, pero no demasiado errado. Quizá la única manera de no repetir los errores sea recordándolos permanentemente.

Feliz 2008!